Actualmente, la palabra eficiencia se ha hecho un hueco importante tanto en la construcción de viviendas, como en el modo en que las habitamos. Hacer un uso racional de la energía no sólo es cuestión de ahorro económico en los suministros sino que, cada vez más, somos más conscientes de que nuestros hogares y formas de vida tienen que ir de la mano del medio ambiente.
Las ventanas son uno de los principales elementos, por eso en las viviendas nuevas cuidamos con esmero que sean de calidad, de vidrios dobles separados por una cámara intermedia que suponen un ahorro en calefacción y aire acondicionado de hasta el 50%.
Escoger bien las cortinas o los toldos para la terraza o patio también nos ayudan en el ahorro energético. Los toldos en verano minimizan el uso del aire acondicionado y en invierno las cortinas son un elemento que, bien escogidas, pueden ayudar al aislamiento del frío.
Usar termostatos es una medida fundamental ya que, si no se regula la temperatura, se malgasta energía tanto en la calefacción como en el aire acondicionado. Para que el consumo no se dispare hay que respetar la llamada temperatura de confort. Así, en invierno no hay que pasar de los 21ºC y en verano no bajar de los 25ºC.
En cuanto a los electrodomésticos, al comprarlos fíjate en que sean de clase A o superior. Un frigorífico de clase A+++ consume un 70% menos que uno de clase media.
Cámbiate al LED. Las bombillas de LED son más caras a corto plazo pero duran hasta 30 veces más ¡y ahorran un 80% de luz!